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CRÉDITOS

Arsène Lupin contre Herlock Sholmès

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Read by Gilles G. Le Blanc for LibriVox in 2013.

Le Numéro 514 — Série 23 I.

Le 8 décembre de l’an dernier, M. Gerbois, professeur de mathématiques au lycée de Versailles, dénicha, dans le fouillis d’un marchand de bric-à-brac, un petit secrétaire en acajou qui lui plut par la multiplicité de ses tiroirs.

El 8 de diciembre del año pasado, el Sr. Gerbois, profesor de matemáticas en el liceo de Versalles, encontró, entre la desorganizada mercancía de un vendedor de chatarra, un pequeño escritorio de caoba que le gustó por la gran cantidad de cajones que tenía.

— Voilà bien ce qu’il me faut pour l’anniversaire de Suzanne, pensa-t-il.

— Esto es justo lo que necesito para el cumpleaños de Suzanne — pensó.

Et comme il s’ingéniait, dans la mesure de ses modestes ressources, à faire plaisir à sa fille, il débattit le prix et versa la somme de soixante-cinq francs.

Y como se esforzaba, dentro de sus modestos recursos, por hacer feliz a su hija, negoció el precio y pagó la suma de sesenta y cinco francos.

Au moment où il donnait son adresse, un jeune homme, de tournure élégante, et qui furetait déjà de droite et de gauche, aperçut le meuble et demanda :

Cuando dio su dirección, un joven, de aspecto elegante, que ya estaba husmeando por doquier, vio el mueble y preguntó:

— Combien ?

— ¿Cuánto cuesta?

— Il est vendu, répliqua le marchand.

— Ya está vendido — respondió el vendedor.

— Ah !... À Monsieur, peut-être ?

— ¡Ah!... ¿Para usted, tal vez?

M. Gerbois salua et, d’autant plus heureux d’avoir ce meuble qu’un de ses semblables le convoitait, il se retira.

El Sr. Gerbois saludó y, aún más contento de tener este mueble, ya que un semejante lo deseaba, se retiró.

Mais il n’avait pas fait dix pas dans la rue qu’il fut rejoint par le jeune homme qui, le chapeau à la main et d’un ton de parfaite courtoisie, lui dit :

Pero no había dado diez pasos por la calle cuando fue alcanzado por el joven, que, con el sombrero en la mano y un tono de perfecta cortesía, le dijo:

— Je vous demande infiniment pardon, monsieur... Je vais vous poser une question indiscrète... Cherchiez-vous ce secrétaire plus spécialement qu’autre chose ?

— Le pido mil perdones, señor... Voy a hacerle una pregunta indiscreta... ¿Buscaba usted este escritorio más especialmente que otras cosas?

— Non. Je cherchais une balance d’occasion pour certaines expériences de physique.

— No. Estaba buscando una balanza de segunda mano para algunos experimentos de física.

— Par conséquent, vous n’y tenez pas beaucoup ?

— Por lo tanto, no le importa mucho.

— J’y tiens, voilà tout.

— Me importa, eso es todo.

— Parce qu’il est ancien, peut-être ?

— ¿Porque es antiguo, tal vez?

— Parce qu’il est commode.

— Porque es práctico.

— En ce cas, vous consentiriez à l’échanger contre un secrétaire aussi commode, mais en meilleur état ?

— En ese caso, ¿estaría dispuesto a cambiarlo por un escritorio igual de práctico, pero en mejor estado?

— Celui-ci est en bon état, et l’échange me paraît inutile.

— Este está en buen estado, y el intercambio me parece innecesario.

— Cependant...

— Sin embargo...

M. Gerbois est un homme facilement irritable et de caractère ombrageux. Il répondit sèchement :

El señor Gerbois es un hombre fácilmente irritable y de carácter sombrío. Respondió secamente:

— Je vous en prie, monsieur, n’insistez pas.

— Por favor, señor, no insista.

L’inconnu se planta devant lui.

El desconocido se plantó frente a él.

— J’ignore le prix que vous l’avez payé, monsieur... je vous en offre le double.

— No sé el precio que usted pagó por él, señor... le ofrezco el doble.

— Non.

— No.

— Le triple ?

— ¿El triple?

— Oh ! restons-en là, s’écria le professeur, impatienté, ce qui m’appartient n’est pas à vendre.

— Oh, dejemos esto así, exclamó el profesor, impacientado. Lo que me pertenece no está en venta.

Le jeune homme le regarda fixement, d’un air que M. Gerbois ne devait pas oublier, puis, sans mot dire, tourna sur ses talons et s’éloigna.

El joven lo miró fijamente, con una expresión que el señor Gerbois no olvidaría, y sin decir nada, dio la vuelta y se alejó.

Une heure après on apportait le meuble dans la maisonnette que le professeur occupait sur la route de Viroflay. Il appela sa fille.

Una hora después, trajeron el mueble a la casita que el profesor ocupaba en la carretera de Viroflay. Llamó a su hija.

— Voici pour toi, Suzanne, si toutefois il te convient.

— Esto es para ti, Suzanne, si te conviene, claro está.

Suzanne était une jolie créature, expansive et heureuse. Elle se jeta au cou de son père et l’embrassa avec autant de joie que s’il lui avait offert un cadeau royal.

Suzanne era una criatura encantadora, expansiva y feliz. Se lanzó al cuello de su padre y lo besó con tanta alegría como si le hubiera ofrecido un regalo real.

Le soir même, l’ayant placé dans sa chambre avec l’aide d’Hortense, la bonne, elle nettoya les tiroirs et rangea soigneusement ses papiers, ses boîtes à lettres, sa correspondance, ses collections de cartes postales, et quelques souvenirs furtifs qu’elle conservait en l’honneur de son cousin Philippe.

Esa misma noche, después de que Hortense, la empleada doméstica, lo colocara en su habitación, ella limpió los cajones y ordenó cuidadosamente sus papeles, sus cajas de cartas, su correspondencia, sus colecciones de postales y algunos recuerdos furtivos que conservaba en honor a su primo Philippe.

Le lendemain, à sept heures et demie, M. Gerbois se rendit au lycée. À dix heures, Suzanne, suivant une habitude quotidienne, l’attendait à la sortie, et c’était un grand plaisir pour lui que d’aviser, sur le trottoir opposé à la grille, sa silhouette gracieuse et son sourire d’enfant.

Al día siguiente, a las siete y media, el señor Gerbois fue al liceo. A las diez, Suzanne, siguiendo una costumbre diaria, lo esperaba a la salida, y era un gran placer para él ver, en la acera frente a la puerta, su graciosa figura y su sonrisa infantil.

Ils s’en revinrent ensemble.

Regresaron juntos.

— Et ton secrétaire ?

— ¿Y tu secretario?

— Une pure merveille ! Hortense et moi, nous avons fait les cuivres. On dirait de l’or.

— ¡Una auténtica maravilla! Hortense y yo hemos hecho un gran esfuerzo. Parece oro.

— Ainsi, tu es contente ?

— ¿Así que, estás contenta?

— Si je suis contente ! c’est-à-dire que je ne sais pas comment j’ai pu m’en passer jusqu’ici.

— ¡Si estoy contenta! Es decir, no sé cómo he podido prescindir de él hasta ahora.

Ils traversèrent le jardin qui précède la maison. M. Gerbois proposa :

Cruzaron el jardín que precede a la casa. El señor Gerbois propuso:

— Nous pourrions aller le voir avant le déjeuner ?

— Podríamos ir a verlo antes del almuerzo.

— Oh ! oui, c’est une bonne idée.

— Oh, ¡sí, es una buena idea!

Elle monta la première, mais, arrivée au seuil de sa chambre, elle poussa un cri d’effarement.

Ella subió primero, pero, al llegar al umbral de su habitación, lanzó un grito de sorpresa.

— Qu’y a-t-il donc ? balbutia M. Gerbois.

— ¿Qué pasa? — balbuceó el señor Gerbois.

À son tour il entra dans la chambre. Le secrétaire n’y était plus.

A su vez, él entró en la habitación. El secretario ya no estaba allí.

...Ce qui étonna le juge d’instruction, c’est l’admirable simplicité des moyens employés.

... Lo que sorprendió al juez de instrucción fue la admirable simplicidad de los medios empleados.

En l’absence de Suzanne, et tandis que la bonne faisait son marché, un commissionnaire muni de sa plaque — des voisins la virent — avait arrêté sa charrette devant le jardin et sonné par deux fois.

En ausencia de Suzanne, y mientras la empleada hacía sus compras, un mensajero con su placa — los vecinos lo vieron — había detenido su carreta frente al jardín y tocado el timbre dos veces.

Les voisins, ignorant que la bonne était dehors, n’eurent aucun soupçon, de sorte que l’individu effectua sa besogne dans la plus absolue quiétude.

Los vecinos, que no sabían que la empleada estaba fuera, no sospecharon nada, por lo que el individuo realizó su tarea en la más absoluta tranquilidad.

À remarquer ceci : aucune armoire ne fut fracturée, aucune pendule dérangée.

Cabe señalar que ningún armario fue forzado, ni ningún reloj de pared fue alterado.

Bien plus, le porte-monnaie de Suzanne, qu’elle avait laissé sur le marbre du secrétaire, se retrouva sur la table voisine avec les pièces d’or qu’il contenait.

Además, la cartera de Suzanne, que había dejado sobre el mármol del secretario, se encontró sobre la mesa contigua con las monedas de oro que contenía.

Le mobile du vol était donc nettement déterminé, ce qui rendait le vol d’autant plus inexplicable, car, enfin, pourquoi courir tant de risques pour un butin si minime ?

El motivo del robo estaba claramente determinado, lo que hacía el robo aún más inexplicable, porque, al fin y al cabo, ¿por qué correr tantos riesgos por un botín tan pequeño?

Le seul indice que put fournir le professeur fut l’incident de la veille.

El único indicio que pudo proporcionar el profesor fue el incidente del día anterior.

— Tout de suite ce jeune homme a marqué, de mon refus, une vive contrariété, et j’ai eu l’impression très nette qu’il me quittait sur une menace.

— Inmediatamente, este joven mostró una viva contrariedad por mi negativa, y tuve la clara impresión de que se iba amenazándome.

C’était bien vague. On interrogea le marchand. Il ne connaissait ni l’un ni l’autre de ces deux messieurs. Quant à l’objet, il l’avait acheté quarante francs, à Chevreuse, dans une vente après décès, et croyait bien l’avoir revendu à sa juste valeur. L’enquête poursuivie n’apprit rien de plus.

Era bastante vago. Se interrogó al comerciante. No conocía a ninguno de estos dos señores. En cuanto al objeto, lo había comprado por cuarenta francos en Chevreuse, en una subasta después de una muerte, y creía que lo había revendido a su justo valor. La investigación no arrojó ninguna información adicional.

Mais M. Gerbois resta persuadé qu’il avait subi un dommage énorme. Une fortune devait être dissimulée dans le double-fond d’un tiroir, et c’était la raison pour laquelle le jeune homme, connaissant la cachette, avait agi avec une telle décision.

Pero el señor Gerbois siguió convencido de que había sufrido un enorme perjuicio. Una fortuna debía estar oculta en el doble fondo de un cajón, y esa era la razón por la que el joven, conociendo el escondite, había actuado con tanta decisión.

— Mon pauvre père, qu’aurions-nous fait de cette fortune ? répétait Suzanne.

— Mi pobre padre, ¿qué habríamos hecho con esta fortuna? — repetía Suzanne.

— Comment ! mais avec une pareille dot, tu pouvais prétendre aux plus hauts partis.

— ¡Cómo! Pero con una dote así, podrías aspirar a los matrimonios más prestigiosos.

Suzanne, qui bornait ses prétentions à son cousin Philippe, lequel était un parti pitoyable, soupirait amèrement. Et dans la petite maison de Versailles, la vie continua, moins gaie, moins insouciante, assombrie de regrets et de déceptions.

Suzanne, que limitaba sus pretensiones a su primo Philippe, que era un partido lamentable, suspiraba amargamente. Y en la pequeña casa de Versalles, la vida continuó, menos alegre, menos despreocupada, ensombrecida por arrepentimientos y decepciones.

Deux mois se passèrent. Et soudain, coup sur coup, les événements les plus graves, une suite imprévue d’heureuses chances et de catastrophes !...

Pasaron dos meses. Y de repente, uno tras otro, los acontecimientos más graves, una serie imprevista de suertes y desastres...

Le premier février, à cinq heures et demie, M. Gerbois, qui venait de rentrer, un journal du soir à la main, s’assit, mit ses lunettes et commença à lire. La politique ne l’intéressant pas, il tourna la page. Aussitôt un article attira son attention, intitulé :

El 1 de febrero, a las cinco y media, el señor Gerbois, que acababa de llegar a casa con un periódico de la tarde en la mano, se sentó, se puso las gafas y comenzó a leer. Como la política no le interesaba, pasó la página. Inmediatamente, un artículo llamó su atención, titulado:

« Troisième tirage de la loterie des Associations de la Presse... »

« Tercer sorteo de la lotería de las Asociaciones de Prensa... »

« Le numéro 514-série 23 gagne un million... »

« El número 514-serie 23 gana un millón... »

Le journal lui glissa des doigts. Les murs vacillèrent devant ses yeux, et son cœur cessa de battre. Le numéro 514-série 23, c’était son numéro ! Il l’avait acheté par hasard, pour rendre service à l’un de ses amis, car il ne croyait guère aux faveurs du destin, et voilà qu’il gagnait !

El periódico se le resbaló de las manos. Las paredes se tambalearon ante sus ojos, y su corazón dejó de latir. El número 514-serie 23, ¡era su número! Lo había comprado por casualidad, para hacer un favor a uno de sus amigos, ya que no creía mucho en los favores del destino, y ¡había ganado!

Vite, il tira son calepin. Le numéro 514-série 23 était bien inscrit, pour mémoire, sur la page de garde. Mais le billet ?

Rápidamente, sacó su cuaderno. El número 514-serie 23 estaba bien anotado, para recordarlo, en la página de guarda. Pero el boleto...

Il bondit vers son cabinet de travail pour y chercher la boîte d’enveloppes parmi lesquelles il avait glissé le précieux billet, et dès l’entrée il s’arrêta net, chancelant de nouveau et le cœur contracté : la boîte d’enveloppes ne se trouvait pas là, et, chose terrifiante, il se rendait subitement compte qu’il y avait des semaines qu’elle n’était pas là !

Se lanzó hacia su estudio para buscar la caja de sobres entre los que había metido el precioso boleto, y nada más entrar se detuvo de golpe, tambaleándose de nuevo y con el corazón apretado: ¡la caja de sobres no estaba allí, y, cosa aterradora, se dio cuenta de repente de que hacía semanas que no estaba allí!

Depuis des semaines, il ne l’apercevait plus devant lui aux heures où il corrigeait les devoirs de ses élèves !

¡Hacía semanas que no la veía frente a él a la hora de corregir los deberes de sus alumnos!

Un bruit de pas sur le gravier du jardin... Il appela :

Un ruido de pasos sobre la grava del jardín... Llamó:

— Suzanne ! Suzanne !

— ¡Suzanne! ¡Suzanne!

Elle arrivait de course. Elle monta précipitamment. Il bégaya d’une voix étranglée :

Ella llegó corriendo. Subió precipitadamente. Él balbuceó con voz ahogada:

— Suzanne... la boîte... la boîte d’enveloppes ?...

— ¡Suzanne... la caja... la caja de sobres?...

— Laquelle ?

— ¡¿Cuál?

— Celle du Louvre... que j’avais rapportée un jeudi... et qui était au bout de cette table.

— ¡La del Louvre... que había traído un jueves... y que estaba al final de esta mesa!

— Mais rappelle-toi, père... c’est ensemble que nous l’avons rangée...

— ¡Pero recuerda, papá... la guardamos juntos...!

— Quand ?

— ¡¿Cuándo?

— Le soir... tu sais... la veille du jour...

— ¡Por la noche... ya sabes... el día antes...!

— Mais où ?... réponds... tu me fais mourir...

— ¡Pero dónde?... ¡Responde... me estás matando de risa...!

— Où ?... dans le secrétaire.

— ¡¿Dónde?... ¡en el escritorio!

— Dans le secrétaire qui a été volé ?

— ¡En el escritorio que fue robado?

— Oui.

— ¡Sí!

— Dans le secrétaire qui a été volé !

— ¡En el escritorio que fue robado!

Il répéta ces mots tout bas, avec une sorte d’épouvante. Puis il lui saisit la main, et d’un ton plus bas encore :

Repitió estas palabras en voz baja, con una especie de horror. Luego le agarró la mano y, en un tono aún más bajo, dijo:

— Elle contenait un million, ma fille...

— Contenía un millón, hija mía...

— Ah ! père, pourquoi ne me l’as-tu pas dit ? murmura-t-elle naïvement.

— ¡Ah!, padre, ¿por qué no me lo dijiste? —murmuró ella ingenuamente.

— Un million ! reprit-il, c’était le numéro gagnant des bons de la Presse.

— ¡Un millón! —repetió él—. Era el número ganador de los billetes de la lotería de la Prensa.

L’énormité du désastre les écrasait, et longtemps ils gardèrent un silence qu’ils n’avaient pas le courage de rompre.

La enormidad del desastre los abrumó, y durante mucho tiempo guardaron un silencio que no se atrevían a romper.

Enfin Suzanne prononça :

Finalmente, Suzanne dijo:

— Mais, père, on te le paiera tout de même.

— Pero, padre, te lo pagarán de todos modos.

— Pourquoi ? sur quelles preuves ?

— ¿Por qué? ¿Con qué pruebas?

— Il faut donc des preuves ?

— ¿Así que se necesitan pruebas?

— Parbleu !

— ¡Claro!

— Et tu n’en as pas ?

— ¿Y tú no tienes ninguna?

— Si, j’en ai une.

— Sí, tengo una.

— Alors ?

— ¿Y entonces?

— Elle était dans la boîte.

— Estaba en la caja.

— Dans la boîte qui a disparu ?

— ¿En la caja que desapareció?

— Oui. Et c’est l’autre qui touchera.

— Sí. Y será el otro el que reciba el golpe.

— Mais ce serait abominable ! Voyons, père, tu pourras t’y opposer ?

— ¡Pero eso sería terrible! Vamos, padre, ¿podrás oponerte a esto?

— Est-ce qu’on sait ! est-ce qu’on sait ! cet homme doit être si fort ! il dispose de telles ressources !... Souviens-toi... l’affaire de ce meuble...

— ¿Quién sabe? ¿Quién sabe? Ese hombre debe ser tan poderoso, tiene tantos recursos... ¡Recuerda... el asunto de ese mueble...!

Il se releva dans un sursaut d’énergie, et frappant du pied :

Se puso de pie con un estallido de energía y golpeó con el pie:

— Eh bien, non, non, il ne l’aura pas, ce million, il ne l’aura pas ! Pourquoi l’aurait-il ? Après tout, si habile qu’il soit, lui non plus ne peut rien faire. S’il se présente pour toucher, on le coffre ! Ah ! nous verrons bien, mon bonhomme !

— ¡Bueno, no, no, no va a tener ese millón, no lo va a tener! ¿Para qué lo querría? Después de todo, por muy hábil que sea, él tampoco puede hacer nada. Si se presenta para cobrar, lo encerraremos. ¡Ah! Ya veremos, amigo mío!

— Tu as donc une idée, père ?

— ¿Así que tienes una idea, padre?

— Celle de défendre nos droits, jusqu’au bout, quoi qu’il arrive ! Et nous réussirons !... Le million est à moi : je l’aurai !

— La de defender nuestros derechos, hasta el final, pase lo que pase. ¡Y vamos a tener éxito!... El millón es mío: ¡Lo voy a tener!

Quelques minutes plus tard, il expédiait cette dépêche :

Unos minutos más tarde, envió este telegrama:

« Gouverneur Crédit Foncier, « rue Capucines, Paris. « Suis possesseur du numéro 514-série 23, mets opposition par toutes voies légales à toute réclamation étrangère. « Gerbois. » Presque en même temps parvenait au Crédit Foncier cet autre télégramme :

« Gobernador de Crédit Foncier, « Rue Capucines, París. « Soy el propietario del número 514-serie 23, me opongo por todos los medios legales a cualquier reclamación extranjera. « Gerbois. » Casi al mismo tiempo, llegó al Crédit Foncier este otro telegrama:

« Le numéro 514-série 23 est en ma possession. « Arsène Lupin. »

« El número 514-serie 23 está en mi poder. « Arsène Lupin. »

Chaque fois que j’entreprends de raconter quelqu’une des innombrables aventures dont se compose la vie d’Arsène Lupin, j’éprouve une véritable confusion, tellement il me semble que la plus banale de ces aventures est connue de tous ceux qui vont me lire.

Cada vez que me propongo contar alguna de las innumerables aventuras que componen la vida de Arsène Lupin, me siento realmente confundido, ya que me parece que la más banal de estas aventuras es conocida por todos los que me van a leer.

De fait, il n’est pas un geste de notre « voleur national », comme on l’a si joliment appelé, qui n’ait été signalé de la façon la plus retentissante, pas un exploit que l’on n’ait étudié sous toutes ses faces, pas un acte qui n’ait été commenté avec cette abondance de détails que l’on réserve d’ordinaire au récit des actions héroïques.

De hecho, no hay ningún gesto de nuestro « ladrón nacional», como se le ha llamado tan bellamente, que no haya sido señalado de la manera más resonante, ninguna hazaña que no se haya estudiado en todos sus aspectos, ningún acto que no se haya comentado con la abundancia de detalles que se reserva habitualmente para el relato de acciones heroicas.

Qui ne connaît, par exemple, cette étrange histoire de « La Dame Blonde », avec ces épisodes curieux que les reporters intitulaient en gros caractères : Le numéro 514-série 23 !...

¿Quién no conoce, por ejemplo, esta extraña historia de « La Dama Rubia», con estos episodios curiosos que los reporteros titulaban en letras grandes: ¡El número 514-serie 23!...

Le crime de l’avenue Henri-Martin !...

¡El crimen de la avenida Henri-Martin!...

Le diamant bleu !...

¡El diamante azul!...

Quel bruit autour de l’intervention du fameux détective anglais Herlock Sholmès !

¡Qué revuelo en torno a la intervención del famoso detective inglés Herlock Sholmès!

Quelle effervescence après chacune des péripéties qui marquèrent la lutte de ces deux grands artistes !

¡Qué efervescencia después de cada una de las peripecias que marcaron la lucha de estos dos grandes artistas!

Et quel vacarme sur les boulevards, le jour où les camelots vociféraient : « L’arrestation d’Arsène Lupin ! »

Y qué alboroto en los bulevares, el día en que los vendedores ambulantes gritaban: « ¡La detención de Arsène Lupin! »

Mon excuse, c’est que j’apporte du nouveau : j’apporte le mot de l’énigme.

Mi excusa es que aporto algo nuevo: aporto la solución del enigma.

Il reste toujours de l’ombre autour de ces aventures : je la dissipe.

Siempre queda sombra en torno a estas aventuras: yo la disipo.

Je reproduis des articles lus et relus, je recopie d’anciennes interviews : mais tout cela, je le coordonne, je le classe, et je le soumets à l’exacte vérité.

Reproduzco artículos leídos y releídos, copio entrevistas antiguas: pero todo esto, lo coordino, lo clasifico y lo someto a la verdad exacta.

Mon collaborateur, c’est Arsène Lupin dont la complaisance à mon égard est inépuisable.

Mi colaborador es Arsène Lupin, cuya complacencia hacia mí es inagotable.

Et c’est aussi, en l’occurrence, l’ineffable Wilson, l’ami et le confident de Sholmès.

Y también, en este caso, el inefable Wilson, amigo y confidente de Sholmès.

On se rappelle le formidable éclat de rire qui accueillit la publication de la double dépêche. Le nom seul d’Arsène Lupin était un gage d’imprévu, une promesse de divertissement pour la galerie. Et la galerie, c’était le monde entier.

Se recuerda la formidable carcajada que acogió la publicación de la doble noticia. El solo nombre de Arsène Lupin era una garantía de imprevisto, una promesa de entretenimiento para la galería. Y la galería era el mundo entero.

Des recherches opérées aussitôt par le Crédit Foncier, il résulta que le numéro 514-série 23 avait été délivré par l’intermédiaire du Crédit Lyonnais, succursale de Versailles, au commandant d’artillerie Bessy.

Las investigaciones inmediatas realizadas por el Crédit Foncier revelaron que el número 514-serie 23 había sido entregado por el intermediario del Crédit Lyonnais, sucursal de Versalles, al comandante de artillería Bessy.

Or, le commandant était mort d’une chute de cheval.

Sin embargo, el comandante había muerto tras una caída de caballo.

On sut, par des camarades auxquels il s’était confié que, quelque temps avant sa mort, il avait dû céder son billet à un ami.

Se supo, por unos compañeros a los que él había confiado, que poco antes de su muerte había tenido que ceder su billete a un amigo.

— Cet ami, c’est moi, affirma M. Gerbois.

— Ese amigo soy yo — afirmó el señor Gerbois.

— Prouvez-le, objecta le gouverneur du Crédit Foncier.

— Demuéstrenlo — objetó el gobernador del Crédit Foncier.

— Que je le prouve ? Facilement. Vingt personnes vous diront que j’avais avec le commandant des relations suivies et que nous nous rencontrions au café de la Place d’Armes. C’est là qu’un jour, pour l’obliger dans un moment de gêne, je lui ai repris son billet contre la somme de vingt francs.

— ¿Demostrarlo? Fácilmente. Veinte personas le dirán que tenía una relación regular con el comandante y que nos encontrábamos en el café de la Place d’Armes. Fue allí donde, un día, para ayudarlo en un momento de vergüenza, le compré su billete por la suma de veinte francos.

— Vous avez des témoins de cet échange ?

— ¿Tiene testigos de este intercambio?

— Non.

— No.

— En ce cas, sur quoi fondez-vous votre réclamation ?

— En ese caso, ¿en qué basa su reclamación?

— Sur la lettre qu’il m’a écrite à ce sujet.

— En la carta que me escribió al respecto.

— Quelle lettre ?

— ¿Qué carta?

— Une lettre qui était épinglée avec le billet.

— Una carta que estaba engrapada con el billete.

— Montrez-la.

— Muéstrenla.

— Mais elle se trouvait dans le secrétaire volé !

— Pero estaba en el escritorio robado!

— Retrouvez-la.

— Encuéntrenla.

Arsène Lupin la communiqua, lui.

Arsène Lupin se la entregó a él.

Une note insérée par l’Écho de France — lequel a l’honneur d’être son organe officiel, et dont il est, paraît-il, un des principaux actionnaires — une note annonça qu’il remettait entre les mains de Me Detinan, son avocat-conseil, la lettre que le commandant Bessy lui avait écrite, à lui personnellement.

Una nota insertada por el Écho de Francia — que tiene el honor de ser su órgano oficial, y del que, al parecer, es uno de los principales accionistas — anunció que entregaba en manos de Me Detinan, su abogado defensor, la carta que el comandante Bessy le había escrito, personalmente, a él.

Ce fut une explosion de joie : Arsène Lupin prenait un avocat ! Arsène Lupin, respectueux des règles établies, désignait pour le représenter un membre du barreau !

Hubo una explosión de alegría: Arsène Lupin contrataba a un abogado! Arsène Lupin, respetuoso de las reglas establecidas, designaba a un miembro del colegio de abogados para que lo representara!

Toute la presse se rua chez Me Detinan, député radical influent, homme de haute probité en même temps que d’esprit fin, un peu sceptique, volontiers paradoxal.

Toda la prensa se abalanzó sobre Me Detinan, un influyente diputado radical, un hombre de gran integridad y, al mismo tiempo, de espíritu agudo, un poco escéptico y dispuesto a la paradoja.

Me Detinan n’avait jamais eu le plaisir de rencontrer Arsène Lupin — et il le regrettait vivement — mais il venait de recevoir ses instructions, et, très touché d’un choix dont il sentait tout l’honneur, il comptait défendre vigoureusement le droit de son client.

Me Detinan nunca había tenido el placer de conocer a Arsène Lupin — y lo lamentaba profundamente — pero acababa de recibir sus instrucciones, y, muy conmovido por una elección de la que percibía todo el honor, planeaba defender vigorosamente el derecho de su cliente.

Il ouvrit donc le dossier nouvellement constitué, et, sans détours, exhiba la lettre du commandant.

Así que abrió el expediente recién constituido y, sin rodeos, exhibió la carta del comandante.

Elle prouvait bien la cession du billet, mais ne mentionnait pas le nom de l’acquéreur. «

Ella demostraba claramente la cesión del billete, pero no mencionaba el nombre del comprador.

Mon cher ami... »,

« Mi querido amigo... »,

disait-elle simplement.

decía simplemente.

— « Mon cher ami », c’est moi, ajoutait Arsène Lupin dans une note jointe à la lettre du commandant. Et la meilleure preuve c’est que j’ai la lettre.

— « Mi querido amigo », soy yo, añadía Arsène Lupin en una nota adjunta a la carta del comandante. Y la mejor prueba es que tengo la carta.

La nuée des reporters s’abattit immédiatement chez M. Gerbois qui ne put que répéter :

La nube de periodistas se abalanzó inmediatamente sobre el Sr. Gerbois, que solo pudo repetir:

— « Mon cher ami » n’est autre que moi. Arsène Lupin a volé la lettre du commandant avec le billet de loterie.

— « Mi querido amigo » no es otro que yo. Arsène Lupin robó la carta del comandante junto con el billete de lotería.

— Qu’il le prouve ! riposta Lupin aux journalistes.

— ¡Que lo demuestre!, replicó Lupin a los periodistas.

— Mais puisque c’est lui qui a volé le secrétaire ! s’exclama M. Gerbois devant les mêmes journalistes.

— ¡Pero si es él quien robó al secretario!, exclamó el Sr. Gerbois frente a los mismos periodistas.

Et Lupin riposta :

Y Lupin replicó:

— Qu’il le prouve !

— ¡Que lo demuestre!

Et ce fut un spectacle d’une fantaisie charmante que ce duel public entre les deux possesseurs du numéro 514-série 23, que ces allées et venues des reporters, que le sang-froid d’Arsène Lupin en face de l’affolement de ce pauvre M. Gerbois.

Y fue un espectáculo de una fantasía encantadora este duelo público entre los dos poseedores del número 514-serie 23, estas idas y venidas de los periodistas, y la sangre fría de Arsène Lupin frente al pánico de este pobre Sr. Gerbois.

Le malheureux, la presse était remplie de ses lamentations ! Il confiait son infortune avec une ingénuité touchante.

¡Pobrecito! La prensa estaba llena de sus lamentaciones. Contaba su desgracia con una ingenuidad conmovedora.

— Comprenez-le, Messieurs, c’est la dot de Suzanne que ce gredin me dérobe ! Pour moi, personnellement, je m’en moque, mais pour Suzanne ! Pensez donc, un million ! Dix fois cent mille francs ! Ah ! je savais bien que le secrétaire contenait un trésor !

— ¡Comprendan, señores, que este sinvergüenza me está robando la dote de Suzanne! Para mí, personalmente, no me importa, pero para Suzanne… ¡Piensen, un millón! ¡Diez veces cien mil francos! ¡Ah! Sabía bien que el secretario contenía un tesoro.

On avait beau lui objecter que son adversaire, en emportant le meuble, ignorait la présence d’un billet de loterie, et que nul en tout cas ne pouvait prévoir que ce billet gagnerait le gros lot, il gémissait :

Aunque se le objetara que su oponente, al llevarse el mueble, desconocía la presencia de un billete de lotería, y que en ningún caso se podía prever que ese billete ganaría el premio gordo, él gemía:

— Allons donc, il le savait !... Sinon pourquoi se serait-il donné la peine de prendre ce misérable meuble ?

— ¡Venga ya, él lo sabía!... De lo contrario, ¿por qué se molestaría en llevarse este miserable mueble?

— Pour des raisons inconnues, mais certes point pour s’emparer d’un chiffon de papier qui valait alors la modeste somme de vingt francs.

— Por razones desconocidas, pero ciertamente no para apoderarse de un trozo de papel que en aquel entonces valía la modesta suma de veinte francos.

— La somme d’un million ! Il le savait... Il sait tout !... Ah ! vous ne le connaissez pas, le bandit !... Il ne vous a pas frustré d’un million, vous !

— ¡La suma de un millón! Él lo sabía... ¡Lo sabe todo!... ¡Ah! Ustedes no lo conocen, el bandido... ¡No les privó de un millón, a ustedes!

Le dialogue aurait pu durer longtemps. Mais le douzième jour, M. Gerbois reçut d’Arsène Lupin une missive qui portait la mention « confidentielle ». Il lut, avec une inquiétude croissante :

El diálogo podría haber durado mucho tiempo. Pero el duodécimo día, el Sr. Gerbois recibió de Arsène Lupin una misiva que llevaba la mención « confidencial». Leyó, con una creciente inquietud:

« Monsieur, la galerie s’amuse à nos dépens.

«Señor, la galería se está divirtiendo a nuestra costa.

N’estimez-vous pas le moment venu d’être sérieux ?

¿No cree que ha llegado el momento de ser serio?»

J’y suis, pour ma part, fermement résolu. «

Yo, por mi parte, estoy firmemente decidido.

La situation est nette : je possède un billet que je n’ai pas, moi, le droit de toucher, et vous avez, vous, le droit de toucher un billet que vous ne possédez pas.

«La situación es clara: yo tengo un billete que no tengo derecho a cobrar, y ustedes tienen derecho a cobrar un billete que no poseen».

Donc nous ne pouvons rien l’un sans l’autre. «

Así que ninguno de los dos puede hacer nada sin el otro».

Or, ni vous ne consentiriez à me céder votre droit, ni moi à vous céder mon billet. «

Pero ni ustedes estarían de acuerdo en ceder su derecho, ni yo en ceder mi billete».

Que faire ? «

¿Qué hacer?».

Je ne vois qu’un moyen, séparons.

Sólo veo una solución: separemos nuestros caminos.

Un demi-million pour vous, un demi-million pour moi.

Medio millón para ustedes, medio millón para mí».

N’est-ce pas équitable ?

¿No es esto justo?».

Et ce jugement de Salomon ne satisfait-il pas à ce besoin de justice qui est en chacun de nous ? «

¿Y este juicio de Salomón no satisface esa necesidad de justicia que todos tenemos dentro?».

Solution juste, mais solution immédiate.

Una solución justa, pero inmediata.

Ce n’est pas une offre que vous ayez le loisir de discuter, mais une nécessité à laquelle les circonstances vous contraignent à vous plier.

Esta no es una oferta que tengan la oportunidad de discutir, sino una necesidad a la que las circunstancias les obligan a someterse.

Je vous donne trois jours pour réfléchir.

Les doy tres días para reflexionar.

Vendredi matin, j’aime à croire que je lirai, dans les petites annonces de l’Écho de France, une note discrète adressée à M. Ars.

El viernes por la mañana, me gustaría creer que leeré, en los anuncios clasificados de Le Écho de France, una nota discreta dirigida al señor Ars.

Lup.

Lup.

et contenant, en termes voilés, votre adhésion pure et simple au pacte que je vous propose.

y que contendrá, en términos velados, su aceptación pura y simple del pacto que les propongo.

Moyennant quoi, vous rentrez en possession immédiate du billet et touchez le million — quitte à me remettre cinq cent mille francs par la voie que je vous indiquerai ultérieurement. «

A cambio, recuperarán inmediatamente el billete y obtendrán el millón, aun a costa de entregarme quinientos mil francos por la vía que les indicaré más adelante».

En cas de refus, j’ai pris mes dispositions pour que le résultat soit identique.

En caso de rechazo, he tomado las medidas necesarias para que el resultado sea el mismo.

Mais, outre les ennuis très graves que vous causerait une telle obstination, vous auriez à subir une retenue de vingt-cinq mille francs pour frais supplémentaires. «

Pero, además de los graves problemas que le causaría tal obstinación, tendría que soportar una retención de veinticinco mil francos por gastos adicionales.

Veuillez agréer, monsieur, l’expression de mes sentiments les plus respectueux. «

«Acepten, señor, la expresión de mis más respetuosos sentimientos».

Arsène Lupin » Exaspéré, M. Gerbois commit la faute énorme de montrer cette lettre et d’en laisser prendre copie.

Arsène Lupin». Exasperado, el señor Gerbois cometió el grave error de mostrar esta carta y de permitir que se hiciera una copia de ella.

Son indignation le poussait à toutes les sottises.

Su indignación lo llevó a hacer todo tipo de tonterías.

— Rien ! il n’aura rien ! s’écria-t-il devant l’assemblée des reporters. Partager ce qui m’appartient ? Jamais. Qu’il déchire son billet, s’il le veut !

—¡Nada! No tendrá nada! —exclamó frente a la asamblea de periodistas. —¡Compartir lo que me pertenece? Nunca. ¡Que rompa su billete, si quiere!».

— Cependant cinq cent mille francs valent mieux que rien.

—Sin embargo, quinientos mil francos valen más que nada.

— Il ne s’agit pas de cela, mais de mon droit, et ce droit, je l’établirai devant les tribunaux.

—No se trata de eso, sino de mi derecho, y este derecho lo estableceré ante los tribunales.

— Attaquer Arsène Lupin ? ce serait drôle.

—¿Atacar a Arsène Lupin? Eso sería gracioso.

— Non, mais le Crédit Foncier. Il doit me délivrer le million.

—No, sino al Crédit Foncier. Debe entregarme el millón.

— Contre le dépôt du billet, ou du moins contre la preuve que vous l’avez acheté.

—A cambio del depósito del billete, o al menos de la prueba de que lo compró».

— La preuve existe, puisque Arsène Lupin avoue qu’il a volé le secrétaire.

—La prueba existe, ya que Arsène Lupin admite que robó al secretario.

— La parole d’Arsène Lupin suffira-t-elle aux tribunaux ?

—¿La palabra de Arsène Lupin será suficiente para los tribunales?

— N’importe, je poursuis.

—No importa, seguiré adelante».

La galerie trépignait.

La galería bullía de emoción.

Des paris furent engagés, les uns tenant que Lupin réduirait M. Gerbois, les autres qu’il en serait pour ses menaces.

Se hicieron apuestas, unos creían que Lupin sometería a M. Gerbois, otros que se vengaría de sus amenazas.

Et l’on éprouvait une sorte d’appréhension, tellement les forces étaient inégales entre les deux adversaires, l’un si rude dans son assaut, l’autre effaré comme une bête qu’on traque.

Y se sentía cierta aprensión, ya que las fuerzas estaban tan desiguales entre los dos adversarios, uno tan agresivo en su ataque, y el otro aterrorizado como una bestia que es perseguida.

Le vendredi, on s’arracha l’Écho de France, et on scruta fiévreusement la cinquième page à l’endroit des petites annonces. Pas une ligne n’était adressée à M. Ars. Lup. Aux injonctions d’Arsène Lupin, M. Gerbois répondait par le silence. C’était la déclaration de guerre.

El viernes, todos compraron el Écho de France y escudriñaron febrilmente la quinta página, donde se publican los anuncios clasificados. No había ninguna línea dirigida al Sr. Ars. Lup. A las exigencias de Arsène Lupin, M. Gerbois respondió con silencio. Era una declaración de guerra.

Le soir, on apprenait par les journaux l’enlèvement de Mlle Gerbois.

Por la noche, los periódicos informaron del secuestro de la señorita Gerbois.

Ce qui nous réjouit dans ce qu’on pourrait appeler les spectacles d’Arsène Lupin, c’est le rôle éminemment comique de la police.

Lo que más nos alegra de lo que podríamos llamar los espectáculos de Arsène Lupin es el papel sumamente cómico de la policía.

Tout se passe en dehors d’elle.

Todo ocurre fuera de su control.

Il parle, lui, il écrit, prévient, commande, menace, exécute, comme s’il n’existait ni chef de la Sûreté, ni agents, ni commissaires, personne enfin qui pût l’entraver dans ses desseins.

Él habla, escribe, advierte, ordena, amenaza, ejecuta, como si no existieran jefes de la Sûreté, ni agentes, ni comisarios, en fin, nadie que pueda obstaculizar sus planes.

Tout cela est considéré comme nul et non avenu.

Todo esto se considera nulo e inválido.

L’obstacle ne compte pas.

El obstáculo no cuenta.

Et pourtant elle se démène, la police ! Dès qu’il s’agit d’Arsène Lupin, du haut en bas de l’échelle, tout le monde prend feu, bouillonne, écume de rage. C’est l’ennemi, et l’ennemi qui vous nargue, vous provoque, vous méprise, ou, qui pis est, vous ignore.

Y, sin embargo, la policía se desenvuelve. Tan pronto como se trata de Arsène Lupin, de arriba a abajo, todo el mundo se enciende, hierve, espuma de ira. Es el enemigo, y el enemigo que te desafía, te provoca, te desprecia o, peor aún, te ignora.

Et que faire contre un pareil ennemi ?

¿Y qué hacer contra un enemigo así?

À dix heures moins vingt, selon le témoignage de la bonne, Suzanne partait de chez elle.

A las 20:40, según el testimonio de la empleada, Suzanne salió de su casa.

À dix heures cinq minutes, en sortant du lycée, son père ne l’apercevait pas sur le trottoir où elle avait coutume de l’attendre.

A las 10:55, al salir del liceo, su padre no la vio en la acera donde solía esperarlo.

Donc tout s’était passé au cours de la petite promenade de vingt minutes qui avait conduit Suzanne de chez elle jusqu’au lycée, ou du moins jusqu’aux abords du lycée.

Por lo tanto, todo ocurrió durante el pequeño paseo de veinte minutos que llevó a Suzanne de su casa hasta el liceo, o al menos hasta los alrededores del liceo.

Deux voisins affirmèrent l’avoir croisée à trois cents pas de la maison. Une dame avait vu marcher le long de l’avenue une jeune fille dont le signalement correspondait au sien. Et après ? Après on ne savait pas.

Dos vecinos afirmaron haberla cruzado a trescientos pasos de la casa. Una dama había visto caminar por la avenida a una joven cuya descripción coincidía con la suya. ¿Y después? Después no se sabe nada.

On perquisitionna de tous côtés, on interrogea les employés des gares et de l’octroi.

Se hicieron registros por todas partes, se interrogaron a los empleados de las estaciones y de la aduana.

Ils n’avaient rien remarqué ce jour-là qui pût se rapporter à l’enlèvement d’une jeune fille.

No habían notado nada ese día que pudiera relacionarse con el secuestro de una joven.

Cependant, à Ville-d’Avray, un épicier déclara qu’il avait fourni de l’huile à une automobile fermée qui arrivait de Paris.

Sin embargo, en Ville-d’Avray, un tendero declaró que había proporcionado aceite a un automóvil cerrado que venía de París.

Sur le siège se tenait un mécanicien, à l’intérieur une dame blonde — excessivement blonde, précisa le témoin.

En el asiento se encontraba un mecánico, y dentro, una dama rubia, excesivamente rubia, precisó el testigo.

Une heure plus tard, l’automobile revenait de Versailles.

Una hora más tarde, el automóvil regresó de Versalles.

Un embarras de voiture l’obligea de ralentir, ce qui permit à l’épicier de constater, à côté de la dame blonde déjà entrevue, la présence d’une autre dame, entourée, celle-ci, de châles et de voiles.

Un atasco obligó a reducir la velocidad, lo que permitió al tendero observar, junto a la dama rubia ya vista, la presencia de otra dama, esta vez rodeada de chales y velos.

Nul doute que ce ne fût Suzanne Gerbois.

No cabe duda de que se trataba de Suzanne Gerbois.

Mais alors il fallait supposer que l’enlèvement avait eu lieu en plein jour, sur une route très fréquentée, au centre même de la ville !

Pero entonces habría que suponer que el secuestro había tenido lugar a plena luz del día, en una carretera muy concurrida, en el centro mismo de la ciudad.

Comment ? à quel endroit ? Pas un cri ne fut entendu, pas un mouvement suspect ne fut observé.

¿Cómo? ¿En qué lugar? No se oyó ningún grito, ni se observó ningún movimiento sospechoso.

L’épicier donna le signalement de l’automobile, une limousine de 24 chevaux de la maison Peugeon, à carrosserie bleu foncé.

El tendero proporcionó la descripción del automóvil, una limusina de 24 caballos de la casa Peugeot, con carrocería azul oscuro.

À tout hasard, on s’informa auprès de la directrice du Grand-Garage, Mme Bob-Walthour, qui s’est fait une spécialité d’enlèvements par automobile.

Por si acaso, se consultó a la directora del Grand-Garage, la Sra. Bob-Walthour, que se ha especializado en secuestros en automóvil.

Le vendredi matin, en effet, elle avait loué pour la journée une limousine Peugeon à une dame blonde qu’elle n’avait du reste point revue.

El viernes por la mañana, de hecho, había alquilado una limusina Peugeot para el día a una dama rubia, a la que, por lo demás, no volvió a ver.

— Mais le mécanicien ?

— ¿Y el mecánico?

— C’était un nommé Ernest, engagé la veille sur la foi d’excellents certificats.

— Era un tal Ernest, contratado el día anterior en base a excelentes referencias.

— Il est ici ?

— ¿Está aquí?

— Non, il a ramené la voiture, et il n’est plus revenu.

— No, devolvió el coche y no ha vuelto desde entonces.

— Ne pouvons-nous retrouver sa trace ?

— ¿No podemos rastrearlo?

— Certes, auprès des personnes dont il s’est recommandé. Voici leurs noms.

— Ciertamente, a través de las personas a las que se presentó. Aquí están sus nombres.

On se rendit chez ces personnes. Aucune d’elles ne connaissait le nommé Ernest.

Se fue a ver a estas personas. Ninguna de ellas conocía al tal Ernest.

Ainsi donc, quelque piste que l’on suivît pour sortir des ténèbres, on aboutissait à d’autres ténèbres, à d’autres énigmes.

Así pues, cualquiera que fuera la pista que se siguiera para salir de la oscuridad, se llegaba a más oscuridad, a más enigmas.

M. Gerbois n’était pas de force à soutenir une bataille qui commençait pour lui de façon si désastreuse. Inconsolable depuis la disparition de sa fille, bourrelé de remords, il capitula.

El señor Gerbois no tenía fuerzas para librar una batalla que comenzaba de forma tan desastrosa para él. Inconsolable desde la desaparición de su hija, atormentado por los remordimientos, se rindió.

Une petite annonce parue à l’Écho de France, et que tout le monde commenta, affirma sa soumission pure et simple, sans arrière-pensée.

Un pequeño anuncio publicado en el Écho de Francia, y que todo el mundo comentó, afirmaba su sumisión pura y simple, sin segundas intenciones.

C’était la victoire, la guerre terminée en quatre fois vingt-quatre heures.

Era la victoria, la guerra terminada en cuatro veinticuatro horas.

Deux jours après, M. Gerbois traversait la cour du Crédit Foncier. Introduit auprès du gouverneur, il tendit le numéro 514-série 23. Le gouverneur sursauta.

Dos días después, el señor Gerbois cruzaba el atrio del Crédit Foncier. Introducido ante el gobernador, le entregó el número 514, serie 23. El gobernador se sobresaltó.

— Ah ! vous l’avez ? Il vous a été rendu ?

— ¡Ah! ¿Lo tienes? ¿Te lo han devuelto?

— Il a été égaré, le voici, répondit M. Gerbois.

— Se había perdido, aquí está, respondió el señor Gerbois.

— Cependant vous prétendiez... il a été question...

— Sin embargo, usted afirmaba... se ha hablado...

— Tout cela n’est que racontars et mensonges.

— Todo eso no son más que chismes y mentiras.

— Mais il nous faudrait tout de même quelque document à l’appui.

— Pero aun así, necesitaríamos algún documento que lo respalde.

— La lettre du commandant suffit-elle ?

— ¿La carta del comandante es suficiente?

— Certes.

— Ciertamente.

— La voici.

— Aquí está.

— Parfait.

— Perfecto.

Veuillez laisser ces pièces en dépôt.

Por favor, deje estos documentos en depósito.

Il nous est donné quinze jours pour vérification.

Tenemos quince días para llevar a cabo la verificación.

Je vous préviendrai dès que vous pourrez vous présenter à notre caisse.

Le avisaré tan pronto como pueda presentarse en nuestra caja registradora.

D’ici là, monsieur, je crois que vous avez tout intérêt à ne rien dire et à terminer cette affaire dans le silence le plus absolu.

Hasta entonces, señor, creo que le conviene no decir nada y terminar este asunto en el más absoluto silencio.

— C’est mon intention.

— Esa es mi intención.

M. Gerbois ne parla point, le gouverneur non plus.

El señor Gerbois no dijo nada, tampoco el gobernador.

Mais il est des secrets qui se dévoilent sans qu’aucune indiscrétion soit commise, et l’on apprit soudain qu’Arsène Lupin avait eu l’audace de renvoyer à M. Gerbois le numéro 514-série 23 !

Pero hay secretos que se revelan sin que se cometa ninguna indiscreción, y de repente se supo que Arsène Lupin había tenido la audacia de devolver al señor Gerbois el número 514-serie 23!

La nouvelle fut accueillie avec une admiration stupéfaite.

La noticia fue recibida con una asombrosa admiración.

Décidément c’était un beau joueur que celui qui jetait sur la table un atout de cette importance, le précieux billet !

Sin duda, era un gran jugador el que lanzaba sobre la mesa una baza de tanta importancia, el preciado billete!

Certes, il ne s’en était dessaisi qu’à bon escient et pour une carte qui rétablissait l’équilibre.

Ciertamente, solo se deshizo de él cuando era necesario y a cambio de una carta que restablecía el equilibrio.

Mais si la jeune fille s’échappait ?

Pero, ¿y si la joven se escapaba?

Si l’on réussissait à reprendre l’otage qu’il détenait ?

¿Y si se lograba recuperar al rehén que él tenía?

La police sentit le point faible de l’ennemi et redoubla d’efforts. Arsène Lupin désarmé, dépouillé par lui-même, pris dans l’engrenage de ses combinaisons, ne touchant pas un traître sou du million convoité... du coup les rieurs passaient dans l’autre camp.

La policía detectó el punto débil del enemigo y redobló sus esfuerzos. Arsène Lupin desarmado, despojado por él mismo, atrapado en la trama de sus combinaciones, sin tocar un solo centavo del millón deseado... de repente, la burla pasó al bando contrario.

Mais il fallait retrouver Suzanne. Et on ne la retrouvait pas, et pas davantage, elle ne s’échappait !

Pero era necesario encontrar a Suzanne. Y no la encontraron, y tampoco se escapó!

Soit, disait-on, le point est acquis, Arsène gagne la première manche.

Entonces, se dijo, el punto estaba ganado, Arsène gana la primera ronda.

Mais le plus difficile est à faire !

¡Pero lo más difícil aún está por venir!

Mlle Gerbois est entre ses mains, nous l’accordons, et il ne la remettra que contre cinq cent mille francs.

La señorita Gerbois está en sus manos, lo admitimos, y solo la entregará a cambio de quinientos mil francos.

Mais où et comment s’opérera l’échange ?

Pero, ¿dónde y cómo se llevará a cabo el intercambio?

Pour que cet échange s’opère, il faut qu’il y ait rendez-vous, et alors qui empêche M. Gerbois d’avertir la police et, par là, de reprendre sa fille tout en gardant l’argent ?

Para que este intercambio se lleve a cabo, debe haber una cita, y entonces, ¿quién impide que el señor Gerbois avise a la policía y, de esa forma, recupere a su hija y se quede con el dinero?

On interviewa le professeur. Très abattu, désireux de silence, il demeura impénétrable.

Se entrevistó al profesor. Muy abatido, deseoso de silencio, permaneció impenetrable.

— Je n’ai rien à dire, j’attends.

— No tengo nada que decir, estoy esperando.

— Et Mlle Gerbois ?

— ¿Y la señorita Gerbois?

— Les recherches continuent.

— Las búsquedas continúan.

— Mais Arsène Lupin vous a écrit ?

— ¿Pero Arsène Lupin te escribió?

— Non.

— No.

— Vous l’affirmez ?

— ¿Lo afirmas?

— Non.

— No.

— Donc c’est oui. Quelles sont ses instructions ?

— Entonces es sí. ¿Cuáles son sus instrucciones?

— Je n’ai rien à dire.

— No tengo nada que decir.

On assiégea Me Detinan. Même discrétion.

Asediaron al señor Detinan. Incluso discreción.

— M. Lupin est mon client, répondait-il avec une affectation de gravité, vous comprendrez que je sois tenu à la réserve la plus absolue.

— El señor Lupin es mi cliente — respondió con aire de solemnidad —, comprenderán que estoy obligado a la más absoluta reserva.

Tous ces mystères irritaient la galerie.

Todos estos misterios irritaron a la galería.

Évidemment des plans se tramaient dans l’ombre.

Obviamente, se estaban tramando planes en la sombra.

Arsène Lupin disposait et resserrait les mailles de ses filets, pendant que la police organisait autour de M. Gerbois une surveillance de jour et de nuit.

Arsène Lupin estaba organizando y reforzando sus redes, mientras la policía organizaba una vigilancia de día y de noche en torno al señor Gerbois.

Et l’on examinait les trois seuls dénouements possibles : l’arrestation, le triomphe, ou l’avortement ridicule et piteux.

Y se examinaban los tres únicos desenlaces posibles: la detención, el triunfo, o un fracaso ridículo y vergonzoso.

Mais il arriva que la curiosité du public ne devait être satisfaite que de façon partielle, et c’est ici dans ces pages que, pour la première fois, l’exacte vérité se trouve révélée.

Pero sucedió que la curiosidad del público solo se satisfaría parcialmente, y es aquí, en estas páginas, donde, por primera vez, se revela la verdad exacta.

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Le Numéro 514 — Série 23 I.

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